EL AJO QUE SE SENTÍA SOLO
Érase una vez un ajo que se llamaba Julio. Vivía en un cesto en el mercado de Mieres y veía pasar a los niños y se sentía muy solo. Él era el único ajo del cesto.
Un día un niño lo quiso comprar porque lo necesitaba para el huerto del colegio Villapendi, el niño se lo dijo a su padre y éste se lo compró.
Julio el ajo se puso muy contento porque ya no estaría más solo como lo estaba en el mercado y tendría amigos. Pues él quería que sus amigos fuesen otros vegetales....
El miércoles el niño llevó el ajo al colegio y entre todos lo plantaron en el huerto que tenían junto al patio del colegio.

Cuento escrito por Bárbara Vázquez Segundo Ciclo
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